jueves, 20 de agosto de 2009

La incultura del automóvil de nuestro país

Estos días mi ciudad está vacía. Se respira, pese al calor sofocante del verano. Y todo porque no hay ni un puto coche.
Hoy, después de un período de inactividad, vengo a hablaros de nuestra absurda cultura del coche. Ahora, todo hijo quiere que su papi le compre un coche para fardar con los colegas. Y lo más probable, es que ni el hijo ni el padre necesiten el coche en la mayoría de los casos, porque pueden tener una línea de metro o bus que les lleve, o porque su curro esté a 500 metros y pueden ir andando... pero no. Está mejor tener una identidad, una careta llamada BMW, Audi, Ibiza o Laguna para demostrarle al mundo lo que de verdad importa: tener, tener y tener.
El coche es uno de los más devastadores símbolos del materialismo del siglo XXI, algunos hasta lo tunean con colores horribles, con piezas infames y con música vomitiva.

Yo digo que el coche es la vida de muchos... y su vida es una mierda, está más vacía que sus cabezas.

Salud, República y Amor. Jiménez