lunes, 8 de noviembre de 2010

La visita del Papa: yo no te espero



Llevamos una semana movidita con un acontecimiento que se sale del tiesto: en medio de la peor crisis de la Historia moderna, el Estado se gasta nada más y nada menos que 3 millones de euros en la visita de un personaje que mucha gente recibe con un fervor inusitado.


Es increible cómo las masas se agarran a cualquier líder que pronuncie sus casposas ideas en voz alta, y encima tenga la desfachatez de criticar a España por un "laicismo agresivo": para empezar, estos medios de ultraderecha, y la propia Iglesia Católica, no saben lo que es laicismo.
Laicismo es lo que hay en China, y lo que había en la URSS, y lo que yo aplaudiría si se diera aquí y sirviera para echar a esta banda de facinerosos con alzacuellos.

Hasta el año 2008 en la declaración de la renta se destinaba un 0'52 de nuestros impuestos al mantenimiento de la Iglesia Católica.
Con la reforma del PSOE, atención para los hipócritas fascistoides, podemos optar por marcar una casilla que destinará el 0,72 al clero.
Y tienen los huevos de quejarse.

Hablan de que "no podemos renegar de nuestras raíces católicas, pues están implícitas en la cultura de nuestro país, blablablablabla..." Tonterías. La Iglesia Católica ha campado a sus anchas en España porque se la ha dejado, sencillamente. Un país siempre a la cola de Europa, que ve cómo en Centroeuropa ponen al clero a temblar, aquí les ponemos la otra mejilla para que sigan chupando del bote.

A ver si se autofinancian de una vez y dejan de quejarse de España.
A ver si dejan de satanizar todo lo laico, porque lo laico es lo neutral, no como ellos.
A ver si deja el Estado de subvencionar a los colegios concertados.
A ver si deja el Estado de mantener Arzobispados y demás edificios religiosos.

BASTA YA DE JETAS.