viernes, 24 de junio de 2011

Memos políticamente incorrectos

Una de las consecuencias de empeñarse en que la realidad es una peli de Disney (como solía hacer nuestro presidente antes de recibir ciertas llamadas telefónicas) es que luego esa misma realidad lo coge a uno desprevenido y lo descalabra a base de bien. No me ocuparé de eso ahora. La otra calamidad que se deriva de aquello es que se otorga un valor desmesurado a quién va de políticamente incorrecto, cuando en el 90% de los casos se trata de simple grosería que, por si fuera poco, encima es inofensiva, pura pose.

Ahí tenemos, entre otros, a Salvador Sostres, que firmó un par de artículos poniendo a parir a Labordeta y a Marcelino Camacho (eso sí, post-mortem, cuando ya no pueden responder) y, ya que estaba, dijo que en España hacían falta más casinos y campos de golf. Supongo que después se fumaría un puro, que también queda muy políticamente incorrecto. Por su parte, la cuadrilla de Intereconomía también se desvive por el tema, muy amigos ellos de soltar espuma por la boca con asuntos como el de los 110km/h (auténtico ataque a la esencia hispánica, no cabe duda).

Y sin embargo, cosechan aplausos. Igual es que a esta sociedad le gusta la coprolalia cosa mala. Buena parte de nuestra TV avala esa hipótesis. No se dan cuenta de que una gilipollez, por mucha verborrea que la acompañe, sigue siendo una gilipollez.

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